Atrás quedaron aquellas épocas en que la murga era sólo integrada por hombres (bueno, especimenes del sexo masculino para ser más exactos… ya que la hombría de algunos viejos murguistas puede ser cuestionada), un ambiente netamente masculino, como quien dice.
Como parte de la revolución femenina, las mujeres comenzaron a ganar terreno y protagonismo en el género. La pelea por la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer ya lleva varios años. Desde la aparición de Mónica Santos en Araca la Cana, y luego de varias críticas por parte de los fundamentalistas carnavaleros, hoy nada tiene de extraño encontrar a una, dos e incluso tres mujeres formando parte de alguna murga.
Claro que todo tiene su explicación, tampoco vamos a creer que la liberación femenina es taaaan fuerte como para adentrarse en un una agrupación carnavalesca históricamente machista. Es que a los muchachos se les hacía cada vez más difícil encontrar sobreprimos natos y ya casi ningún carnavalero quería pasar por el bisturí para convertirse en eunuco, pero con flor de voz, eso sí. Sabido es que, en el mundo moderno, nadie quiere hacer sacrificios de tamaña índole por el bien de la sociedad en su conjunto o, en este caso, por el bien de la murga.
Y así llegamos a los tiempos que corren, estos en los que un grupo de 17 desquiciadas pueden llegar a ganar un concurso de Murga Joven, como pasó con las Cero Bola. Demostrando una vez más que nada tenemos que envidiarle al género masculino, podrá faltarles huevo a las gurisas, pero garra les sobra y eso quedó más que demostrado.
Ahora, no nos vayamos de mambo, achiquemos un poco como quien dice, no sea cosa que los hombres se nos aviven de golpe y el año próximo no quiera salir ninguno. Siempre se puede llegar a soluciones intermedias, y desde acá aporto una idea: conformar una murga mixta, con sobreprimos varones, primos travestis y segundos mujeres… lindo laburito va a tener el arreglador coral ahí, ese sí que va a ser un sueldo bien justificado.
Como parte de la revolución femenina, las mujeres comenzaron a ganar terreno y protagonismo en el género. La pelea por la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer ya lleva varios años. Desde la aparición de Mónica Santos en Araca la Cana, y luego de varias críticas por parte de los fundamentalistas carnavaleros, hoy nada tiene de extraño encontrar a una, dos e incluso tres mujeres formando parte de alguna murga.
Claro que todo tiene su explicación, tampoco vamos a creer que la liberación femenina es taaaan fuerte como para adentrarse en un una agrupación carnavalesca históricamente machista. Es que a los muchachos se les hacía cada vez más difícil encontrar sobreprimos natos y ya casi ningún carnavalero quería pasar por el bisturí para convertirse en eunuco, pero con flor de voz, eso sí. Sabido es que, en el mundo moderno, nadie quiere hacer sacrificios de tamaña índole por el bien de la sociedad en su conjunto o, en este caso, por el bien de la murga.
Y así llegamos a los tiempos que corren, estos en los que un grupo de 17 desquiciadas pueden llegar a ganar un concurso de Murga Joven, como pasó con las Cero Bola. Demostrando una vez más que nada tenemos que envidiarle al género masculino, podrá faltarles huevo a las gurisas, pero garra les sobra y eso quedó más que demostrado.
Ahora, no nos vayamos de mambo, achiquemos un poco como quien dice, no sea cosa que los hombres se nos aviven de golpe y el año próximo no quiera salir ninguno. Siempre se puede llegar a soluciones intermedias, y desde acá aporto una idea: conformar una murga mixta, con sobreprimos varones, primos travestis y segundos mujeres… lindo laburito va a tener el arreglador coral ahí, ese sí que va a ser un sueldo bien justificado.
3 comentarios:
El problema de las murgas mixtas, es que a mucha gente no le gusta la cebolla sin curar. Es un problema bien cierto y actual.
Al margen de la ensalada que se me arma en el marote, quiero dejar por escrito que me molesta que algunas murgas jóvenes no me contesten los mails que les mando. Cero Bola! Media pila muchachas!!
Bueno, los dejo por ahora y espero volver.
Anó Nimo, el hijo de Guillermo.
Y ahora pregunto yo... de que género, subgénero o híbrido debe ser la batería y director escénico de la murga mixta?
Sugiero una batería conformada por amas de casa (embarazada incluída) que, aunque subgénero dentro del femenino, son consideradas humanas y, por lo tanto, podrían ingresar al Ramón Collazo.
La dirección escénica la dejo librada a la imaginación y aportes...
Lo de la embarazada se complica, ya que todavía no se decide si el feto que lleva en su vientre es considerado como persona o no... No sea cosa que se suba más gente de la permitida y le terminen descontando puntos por estar con el bombo, imagínese que, de ser bombista, tendría dos bombos y eso me parece que puede crear conflictos arriba del escenario y puede ser mal visto por el jurado tradicionalista.
El tema del director, se arregla muy fácilmente, deberá ser un XXY para tener la capacidad de armonizar tamaño despelote que armé.
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