Gil de Cuarta: Desenmarañando Insultos

Dado que mi mente últimamente anda medio dispersa, y ya no tiene la agilidad que tenía a los veinte años (qué tiempos aquellos!), tuve que realizar una exhaustiva investigación para poder entender el significado de los insultos escuchados en el espectáculo de Los Mareados, durante el tango “Gil de Cuarta”.
Acá dejo un breve resumen de la investigación llevada a cabo, y el tango en cuestión, para que disfruten de buena música mientras leen porquerías.




FISIOTERAPEUTA:
Si bien es algo raro como insulto, digamos que no estamos acostumbrados a usar esta palabra con tan ingeniosa función, es totalmente comprensible a dónde quiso llegar el autor de este oprobio.
Sabemos que la fisioterapia es un conjunto de técnicas manuales y mecánicas, aplicadas con el objeto de tratar, o de rehabilitar una disfunción física de un paciente. Bien, partiendo de esa base podemos afirmar que, el gil de cuarta en cuestión, gusta de manosear a todo aquel que sufra de alteraciones en sus funciones orgánicas. Si reforzamos este concepto con otros calificativos utilizados durante el desarrollo de este tango, como ser tragasables o reputazo, podemos asegurar sin lugar a dudas que el personaje referido es todo un bufarreta.


OVIPARO:
Sin lugar a dudas fue el que más me costó entender por mis propios medios así que, como siempre aconsejo, recurrí al diccionario para ver si podía dar con el significado de este insulto con el que nos sorprendió el Señor Adrián Salina, durante la presentación en Buenos Aires, usado en sustitución del anterior agravio.

<“ 1. adj. y s. zool. [Especie] animal cuyas hembras ponen huevos…”*

Obviamente, luego de leer la definición todo me quedó muy claro. El risueño platillero se refería a que este buen hombre es un mariconazo de aquellos. Claramente queda demostrado, a partir de la definición, que el individuo en cuestión era eunuco y que necesitaba valerse de la mujer que tuviera al lado para poner lo que hay que poner en las distintas situaciones de la vida (en este caso me parece que hace referencia al travesti de turno, en realidad).

* Fuente: Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe S.A., Madrid.

KIWI:
Muchos podrán pensar que este insulto tiene algo que ver con el ave no voladora de origen neozelandés, así como una manera de decirle pajarón al muchacho al que hace referencia el tango. Bueno, esos muchos se equivocan.
Otros, quizás la mayoría de mentes enfermas que pululan por este blog, podrán jugarse la cabeza, y demás partes de su anatomía, a que viene de la mano de la fruta esa que externamente es ovalada, con piel delgada de color amarronado y de superficie vellosa; es decir, una forma elegante de llamar huevón al gil en cuestión. Lamento desilucionarlos a ustedes también. Si bien el insulto tiene su origen en esta fruta, no es por su aspecto, sino por una característica de su crecimiento. El kiwi o Actinidia deliciosa (como se lo conoce en los ámbitos facultativos) es una planta trepadora originaria del sur de China (¿vieron que todos los días se aprende algo nuevo?, no, no es de Nueva Zelanda como pensaban, manga de incultos); lo que con voz increposa se quizo decir al proferir este agravio fue en realidad una metáfora para el famoso improperio de "Chino Trepador". Como ejercicio les dejo descifrar a ustedes qué es lo que realmente significa, no sea cosa que les de todo masticado, ya es hora de que comiencen a pensar por sus propios medios.

Así doy por concluída esta parte de la investigación, luego de un arduo trabajo que me mantuvo en vilo durante días.

Una presentación a todo color










Muchos sabrán que, el fin de semana pasado, estuvieron presentándose Los Mareados en la OIdRdlP (aquellos que no lo sabían, bueno, desayúnense ahora). La banda ganadora del premio Graffiti, en la categoría m
ejor álbum de grupo de música popular uruguaya (alguien me explica qué vendría a significar eso?) hizo su colorido paso por estos pagos desubicados (los pagos, no los artistas, por una vez en la vida, dejen de malinterpretarme!).

Si observan con detenimiento la foto, se darán cuenta que el adjetivo “colorido” hace referencia a las luces del escenario y a las voces impecables (incluso la maltratada voz del director coral, que quiso rememorar la segunda rueda de LG7 en el Carnaval pasado) con las que estos muchachos siempre nos saben deleitar. Ahora, si hablamos del vestuario: en fin (diría La Mojigata, que también se presentó en la OIdRdlP el mismo día). Como podemos ver, los tonos de blancos y grises predominan en los trajes de estos tangueros murguistas (¿o eran murguistas tangueros?), y ni hablar de los tonos de negro, que si bien no es un color, merecería serlo al estar tan bien combinado con el resto de la vestimenta.

El toque de frescura vino de la mano de Federico Glison, y su baile (del atuendo no voy a emitir opinión, ¡MENTIRA! Qué lindo es combinar saco a cuadros con camisa a rayas!). La verdad, que tanto la voz como el carisma de este gurí van a dar que hablar durante mucho tiempo… en especial si el Flaco Lamolle lo sigue haciendo improvisar esos bailes típicos que se dan arriba de los tablados, cuando al botija no dejan de temblarle las piernas de los nervios.

En definitiva, el color de las voces, de las luces, los grises de los trajes, las almas en pena que andaban haciendo de las suyas en el local del espectáculo, la falta de sobreprimo (“papito” como se animó a gritar una señora de entrada edad), y el alcohol consumido por los concurrentes a este espectáculo (es cierto, faltaba un poco de grapamiel, me la deben, la próxima me la cobro), hizo de esta presentación, algo único.

Dejo por acá, ya que tengo que ir a investigar los insultos proferidos al cantar “Gil de Cuarta”, algunos de los cuales espero entender luego de realizada la indagación correspondiente por mi parte. Nos estamos leyendo (en realidad, me estarán leyendo, dado que los asiduos a este blog son muy vagos a la hora de dejar comentarios).

Retomando las acciones

Visto y considerando que tanto Nova como lagriega están demasiado vagas como para escribir (sí, digamos que a estas gurisas se les subió la fama a la cabeza), a partir de ahora me haré cargo yo de llevar adelante este lindo delirio.
Luego del divorcio que terminó en asesinato y suicidio, por parte de nuestras dos compañeras y, a pedido del público en general (jamás se olvidarán de Tony, Johan, los tandilenses, Dalai, etc. etc., a pesar de que nuestras amigas estén viviendo una "vida mejor") que siempre dieron para adelante en esos delirios que las dos compañeras sabían llevar tan bien, es que la página vuelve con su contenido sarcástico en más... ácido y dulce a la vez, como caramelo de limón.

El motivo de la vuelta es mucho más sencillo que el motivo de la desaparición. Se vuelve porque una persona poco respetable pidió que se volviera y la verdad que no hay manera de negarse cuando las cosas se piden con buenos modales. Ojo, a partir de esta confesión no pidan boludeces... nada de propuestas indecentes (bue, nada tampoco, alguna que otra estoy dispuesta a aceptar, ustedes sabrán cómo deberán formularla).

Las razones del receso son más que obvias... han dado captura a las vietnamitas que daban la cara. Nadie contaba con que esta húngara estuviera todo el tiempo trabajando desde la clandestinidad. Pero es cierto, no éran dos... éramos tres. Y dejado pasar el tiempo prudencial para el duelo de mis dos compañeras, acá estoy yo, para tratar de tapar el hueco que dejaron.

Si bien sé que no estoy a la altura de semejante reemplazo, el ánimo del blog se mantiene intacto: Reirnos del Carnaval, ya que este ha sido creado por MoMo justamente para reirnos. Volverán a reencontrarse en este boletín con los delirios más delirantes, las ironías más irónicas y los sarcasmos más sarcásticos.

Pedido a la población: el que no entienda este blog como un antro cibernético dedicado a hacer humor petulante a partir del Carnaval, que se abstenga de entrar, y así se evite de pasar un mal momento leyendo ridiculeces.

Desde ya, gracias por la paciencia, y por seguir vicheando de vez en cuando, toda búsqueda tiene su éxito... y si esperaban el regreso, esperen sólo unos días más para volver a reirnos todos juntos.