Muchos sabrán que, el fin de semana pasado, estuvieron presentándose Los Mareados en la OIdRdlP (aquellos que no lo sabían, bueno, desayúnense ahora). La banda ganadora del premio Graffiti, en la categoría mejor álbum de grupo de música popular uruguaya (alguien me explica qué vendría a significar eso?) hizo su colorido paso por estos pagos desubicados (los pagos, no los artistas, por una vez en la vida, dejen de malinterpretarme!).
El toque de frescura vino de la mano de Federico Glison, y su baile (del atuendo no voy a emitir opinión, ¡MENTIRA! Qué lindo es combinar saco a cuadros con camisa a rayas!). La verdad, que tanto la voz como el carisma de este gurí van a dar que hablar durante mucho tiempo… en especial si el Flaco Lamolle lo sigue haciendo improvisar esos bailes típicos que se dan arriba de los tablados, cuando al botija no dejan de temblarle las piernas de los nervios.
En definitiva, el color de las voces, de las luces, los grises de los trajes, las almas en pena que andaban haciendo de las suyas en el local del espectáculo, la falta de sobreprimo (“papito” como se animó a gritar una señora de entrada edad), y el alcohol consumido por los concurrentes a este espectáculo (es cierto, faltaba un poco de grapamiel, me la deben, la próxima me la cobro), hizo de esta presentación, algo único.
1 comentario:
Fresca noche la del sábado... Me presté para ir para el bajo y presenciar un espectáculo digno de verse, pero el tiempo y las jugarretas me hackearon esa posibilidad. El humo proveniente del litoral sur de la R.A. Luego del periplo y los "mareos" rumbeamos para la zona del once, en donde pudimos disfrutar de la murga la mojarrita. Digo la Mojigata, pero eso se los prometo para otra ocasión.
A ver húngara cuando te hacés un gulash!!
T.
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